Erasmus en Ámsterdam 2018 por Ana Paterna



Hola a todos. Me llamo Ana Paterna, alumna de Integración Social, y os voy a contar mi experiencia de Erasmus +. Al principio, no tenía nada claro el país de destino en el que iba a realizar mis prácticas ya que contaba con varias opciones, pero al final me decidí por Holanda a tan sólo dos días de irme. Y debo decir que fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Pues llegó el día 22 de Marzo y, sin apenas darme cuenta, el avión destino Ámsterdam estaba aterrizando. Las primeras semanas fueron duras, dicen que todos los comienzos son siempre difíciles y llevan toda la razón. Uno de los problemas con los que me tropecé antes de llegar, fue encontrar vivienda y…. los primeros días, en un país desconocido, sin vivienda, te ves un poco agobiada. Las principales fuentes para buscar piso en las que me centré para encontrar algo fiable fueron redes sociales (Facebook) y páginas holandesas (Kamernet). Tras varios días buscando sin cesar, por fin encontramos una vivienda junto a mis compañeras y, a partir de ese momento, todo fue sobre ruedas.

Mi entidad de acogida es Casa Migrante. Desde sus comienzos, es una “Casa abierta para hispanohablantes”  en la cual se aboga por la mejor integración del migrante en la sociedad holandesa y viceversa. Ofrecen todo tipo de servicios (jurídico, social, pastoral, psicológico, acompañamiento a ancianos y enfermos…) acordes con la necesidad de los hispanohablantes. También ofrecen actividades lúdicas y los usuarios pueden  pasar el día en una sala de ocio donde  pueden tomar té, café, tener acceso a Internet, trabajar habilidades sociales, etc.

Casa Migrante también cuenta con dos proyectos en marcha destinados a las mujeres. Uno de ellos es Minerva, que tiene como mensaje transmitir y hacer sentir a mujeres migrantes que son protagonistas de sus propias vidas. Lo hacen a través de talleres, mediante un espacio abierto en el que ellas pueden desahogarse y manifestar sus necesidades. Estos talleres van desde prevención del cáncer de mama, hasta conciliar la vida como madres solteras, etc. El otro proyecto es MEP, en el que trabajan con mujeres migrantes en prostitución. Su objetivo pretende transmitirles que tienen las puertas abiertas de Casa Migrante para cualquier tipo de necesidad que les pueda surgir.

Ámsterdam es una ciudad preciosa, te haces con ella rápidamente y es muy sencillo moverse por aquí. El transporte público está bien organizado y comunica muy bien todas las partes de la ciudad y alrededores. Algo recomendable, si sabes montar en bici, sería la opción de  alquilarte una y siempre tendrás preferencia para moverte hacia todos lados. En cuanto al idioma es necesario, al menos, tener nivel básico de inglés para manejarte por la ciudad y llevar una vida cotidiana. Si bien, en nuestro caso, al tratarse de una asociación hispanohablante, no nos hacía falta hablar otro idioma durante las prácticas, el resto del tiempo resultaba imprescindible el uso del inglés para poder entenderte fuera de nuestra institución.

Los aspectos positivos que más destacaría de mis prácticas son los siguientes. He tenido la oportunidad de conocer la realidad del colectivo, lo que era una gran incógnita para mí. Me llevo el placer de haber conocido a grandes profesionales, los cuales aman su trabajo y son personas que han cubierto totalmente mis expectativas. Son referentes y ejemplos a seguir tanto personal como profesionalmente. Desde el día que llegué a Casa Migrante, me abrieron sus puertas y me consideraron una más de su familia. Me llevo una experiencia realmente bonita e inolvidable que, sin duda, me ha cambiado la vida positivamente en todos los aspectos. Una experiencia en la que he cumplido los objetivos que tenía desde un principio, como por ejemplo, crecer social y personalmente y en la que estoy encantada de haber podido conocer a todas y cada una de las personas que forman Casa Migrante.

1 comentarios:

Cristina at: 22/6/18 dijo...

Que guay!! ��