Erasmus en Ámsterdam 2018 por Ilona Firtas


Hola, soy Ilona Firtas, estudiante del Ciclo Superior de Integración Social. Para hacer mis prácticas de tres meses decidí aprovechar la oportunidad que me ofrecía el IES Tomás Navarro Tomás e irme al extranjero gracias al programa Erasmus. Elegí irme a Ámsterdam, junto con otras dos compañeras de clase, y descubrí una maravilla de ciudad, en la que todo el conjunto parece un cuadro artístico, armónico, lleno de canales y parques. Al principio uno va con cierta preocupación…, todo es nuevo, la ciudad, las personas, el entorno laboral, el idioma, pero rápidamente te acostumbras hasta el punto de no querer regresar.

Encontrar habitación para alquilar fue todo un reto para mí. Podría decir que fue de lo más complicado durante todo el Erasmus. Tuve que buscar muchísimo en diversas páginas y grupos de Facebook, pero aún así es muy difícil. Finalmente, pude encontrar algo unos pocos días antes de viajar, después de varios meses de búsqueda. El alquiler era realmente caro (500 € al mes, en mi caso)y, además, mi piso estaba bastante lejos del centro donde realicé las prácticas, por lo que tenía que coger dos metros para llegar. Pero en Ámsterdam hasta coger el metro no me resultaba desagradable. En cuanto a las comidas, yo nunca he sido una persona delicada para este tema, pero acostumbrarme a comer a las 12.30 me fue un poco complicado.

Realicé mis prácticas en el Centro Cultural de Hispanohablantes de Ámsterdam. Allí conocí a otros becarios y voluntarios que fueron como una familia para mí durante la estancia en Holanda. Visitamos un montón de sitios juntos y otros muchos los descubrí gracias a ellos. Centrándome en la experiencia laboral, las prácticas como integradora en el Centro me hicieron aprender mucho acerca del colectivo de migrantes, ya que los usuarios con los que traba eran personas que provenían de diferentes lugares de habla hispana. El centro ofrecía clases de inglés, por lo tanto, pude participar en ellas de forma gratuita, lo cual me ayudó mucho para mejorar el idioma. Por lo general, el resto del tiempo nos comunicábamos entre todos en español. Mis tutores de prácticas son unas personas estupendas. Se portaron genial con todos nosotros, siempre nos han ayudado y resuelto todas las dudas que nos surgían en nuestro día a día.

Realmente, estoy muy feliz y orgullosa de haber participado en esta experiencia. Siempre lo recordaré como una de las mejores aventuras de mi vida hasta ahora. La forma en la que percibes el mundo cambia, te vuelves una persona mucho más abierta, comprensiva e independiente. No sé cómo habría sido si me hubiese ido a otro lugar, pero puedo decir que Ámsterdam me conquistó. Al volver a España me alegré mucho de volver a ver a mi familia y amigos, pero pasé un par de días de “depresión post-Erasmus” … porque después de tres meses empiezas a construir una nueva vida con personas nuevas, te acostumbras a ella y de repente, sin darte cuenta el tiempo pasa, tienes que regresar y dejarlo todo. Verdaderamente es grande la nostalgia que se siente esos días. Pero ahora tengo un recuerdo increíble y abiertos nuevos horizontes.

Agradezco muchísimo haber podido disfrutar esta oportunidad, de poder conocer a tantas personas y lugares nuevos. De veras si alguien se encuentra en la situación de poder irse de Erasmus, sin duda, le recomendaría que aprovechase la ocasión, es algo inolvidable.

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