Hola,
soy Elena Rubio, quería contar mi experiencia de Erasmus en prácticas de
Educación Infantil en Frankfurt am Main (Alemania). Siempre se empieza con
miedo, con dudas, sin saber qué es lo que te depara el destino, si harás algún
amigo, si te desenvolverás bien tú sola y, sobre todo, con un idioma diferente
al tuyo.
En
este sentido, tengo que decir que los primeros días fueron duros, al estar
fuera de tu residencia habitual, no estar con tu familia, tus amigos, tu casa o
mismamente no dormir en tu propia cama. Nos costó un montón encontrar un
alojamiento donde vivir, porque los alquileres eran muy caros y pedían muchos
requisitos pero, al fin, encontramos nuestra casa. Es verdad que en Alemania
con la beca sólo te da para un mes de piso, por lo que tuvimos que ahorrar un
montón.
Sin
embargo, cuando pasó una semana y media y empecé las prácticas, me di cuenta de
que no había cometido ningún error; al contrario, comprendí que me habría
arrepentido si no hubiera venido, ya que me enamoré de mi escuela, de mis compañeras,
de mis niños, de la ciudad, de cada rincón de Frankfurt, de cada tradición y
cada plato típico.
Mi
escuela se encuentra al lado de uno de los puentes del río Main, y todas las
mañanas me levantaba antes para poder llegar a la escuela con 20 minutos de
antelación, y ¿sabéis por qué…?, porque me iba al puente y observaba las
preciosas vistas de la zona antigua de Frankfurt y sus enormes rascacielos.
Frankfurt me ha enamorado en todos los sentidos, la gente, la comida, la ciudad,
hasta el clima, que es horrible, pero volvería a elegir mil veces irme de
Erasmus, porque aprendes a vivir, a ser más madura, se te abren unas alas tan
grandes que nada ni nadie las podrá cerrar, ahora después de los tres meses soy
capaz de todo y lo tengo claro.
En
la escuela me recibieron con los brazos abiertos, me hicieron sentirme como una
más del Team, los niños eran indescriptibles,
los padres igual, hacía lo mismo que las demás educadoras, además me dieron vía
libre para realizar cualquier actividad, sinceramente mi
escuela siempre estará conmigo, sin duda alguna ha sido la mejor experiencia de
mi vida.
Si
no quieres enamorarte de una ciudad, si no quieres hacer amigos que cuándo
regresas a España lloras de tristeza, si no quieres enamorarte de tu trabajo,
ni de la comida ni de ese lugar que tanto te gusta, te aconsejo que no te vayas
de Erasmus.
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